domingo, 14 de diciembre de 2014

Hoy me toco el desencanto...

Acaso el ocaso, se introdujo en mi alma,

dando paso a esta enigmática noche.

Es que entre el ocaso y el amanecer,

las sensaciones, a veces,

van llegando bajo un arrullo de melancolía.

ahogada en mis silencios, buscando tus sentidos…

Como un poema, que nos atraviesa las entrañas.

Llega la noche y asoman versos que duelen…

Desconcertada, turbada, Avasallada en mar de confusiones.

Este no decir, callado de palabras,

frente a esta realidad, qué no mide consecuencias.

Tu mirada segura y hasta desafiante.

Te miro como con pena, cómo queriendo evitarte el dolor

que asoma seductor a tu puerta…

No te voy a juzgar, No soy quien.

Solo pretendía cuidarte, preservarte de las garras de un poema.

Nadie soy, y como tal me alejo.

Es que jamás cortaría tus alitas…

Deseo con el alma equivocarme.

Soy ingenua, soñadora, la que adolece las cosas que acontecen…

Claro que vos no tienes culpa de tu sentir.

Yo soy de los que no esconden, dicen lo que sienten...

Hoy me toco el desencanto...

El sol lentamente, está asomando,

me avisa con imponente certeza,

que acabó mi tiempo para objeciones...


Cierro los ojos, la mañana llegó.



pocas cosas, tienen vuelta atrás del desencanto, es como el dolor
producido en un corazón herido, 


puedo seguir amando con el alma, a quien produjo tan ondo dolor,


pero esa herida produce un 


sangrado eterno.  Solo el tiempo hará que no quede tan presente, 

pero la meloncalia suele atrapar mi sentir y recordarlo

                                                                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario